Sunday, May 21, 2006

Considerando el Evangelio Original


Considerando el Evangelio Original

Por: Pastor E. Valverde, Sr.

“Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis traspasado del que os llamó a la gracia de Cristo, a otro evangelio. No es que haya otro, sino que hay algunos que os inquietan, y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas aún si nosotros o un ángel del cielo os anunciare otro evangelio del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gálatas 1:6-8).

Estoy consciente de que el título de este escrito es altamente controversial. Pues la innegable realidad es que son hoy multitudes, tanto de organizaciones religiosas autodenominadas Cristianas como también de enseñadores individuales, quienes profesan y proclaman estar “anunciando el evangelio original”. La confusión que para los presentes tiempos esto ha causado, es monumental. Precisamente esta es la “Babilonia” que el Espíritu Santo señala en Apocalipsis Cáp.17 y 18, y que por cierto nos está anunciando hoy que está ya por caer. Ciertamente que cuando caiga, el Señor va a declarar lo que es falso y lo que es verdadero, pues nos dice que “entonces os tornaréis, y echaréis de ver la diferencia entre el justo y el malo entre el que sirve a Dios y el que no le sirve”(Mal. 3:18).

Pero mientras tanto en que ese día llega, nunca haríamos bien en sentarnos “debajo de un enebro” (1 Rey. 19:14), a llorar desconsoladamente viendo que los que se prestan para escuchar “a espíritus de error y a doctrinas de demonios” (1 Ti. 4:1), por lo regular crecen y prosperan. Y en cambio “los que enseñan a justicia la multitud (Dn. 12:3), sufren toda clase de impedimentos y de limitaciones. La realidad es que precisamente esa tenaz operación es la que da testimonio de la verdad. Pues “el dios de este siglo” (2 Co. 4:4),-quien es nada menos que Satanás, el anticristo-siendo el autor mismo de la confusión, nunca va a estar de acuerdo en dejar que el amor, la justicia, y la verdad, caminen aquí libremente. El conoce perfectamente quienes son “los hijo de Dios, y los hijos del diablo”(1 Juan 3:10), y es lógico entender que su mayor rabia está enfocada siempre precisamente en contra de los hijo de Dios.

Así que nuestra parte es el no dejar de contraatacar continuamente, no importando cuál fuere la condición física o material en que nos encontráremos. Sabemos bien que nuestro Señor y Maestro, Jesucristo nuestro Dios, conoce a la perfección cuál fuere nuestra situación, y que Él pudiera cambiarla si así quisiere. Pero también sabemos que El sabe mejor qué hace, y como ha hecho siempre con Sus hijos fieles a quienes ha concedido el supremo privilegio de ser portadores del mensaje de la verdad, de la justicia y del amor (Fil. 1:29).

Un Poco de Historia Sobre el Principio de la Apostasía Entre el Cristianismo

La confusión en la mente humana, muy particularmente en lo que respecta al conocimiento de Dios y de sus verdades, el diablo aprendió a fomentarla desde el Huerto del Edén (Gn. 3:1-5). La historia bíblica nos da también razón de las incontables ocasiones en que el pueblo de Israel. Habiendo sido víctima de la confusión y llevado así por el enemigo a creer mensajes de error, se apartó de la voluntad de Dios y se echó sobre sí juicio, maldición y ruina. Entre el Cristianismo la operación del engañador no ha sido menor, antes mas bien mayor. Pues en este caso no se ha tratado ya solamente de una nación o de una raza, como lo es el pueblo Judío, sino de multitudes de un profesante Cristianismo esparcido entre todos los pueblos, linajes y lenguas habido por los últimos dos mil anos y hasta hoy sobre la faz de la Tierra.

El profesante Cristianismo, que para las presentes fechas reclama una membresía universal de aproximadamente 1,500 (mil quinientos) millones de adeptos, está distribuido por todo el mundo hoy entre un incontable número de “Religiones Cristianas” de todos los tamaños y tintes doctrinales imaginables. Todas esta “religiones” a su vez, desde la mayor-la cual el Espíritu Santo llama “MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS FORNICACIONES Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA”(Ap. 17:5)-hasta la menor (que en muchas ocasiones está integrada solamente por uno o dos individuos alucinados), invariablemente reclaman estar hoy anunciando el evangelio original. Humanamente hablando, la verdad es que nadie entre nosotros podrá jamás desenredar esta monumental y terrible madeja doctrinal. Repito que eso solamente el Señor lo va a hacer; y lo va a hacer pronto ya, por cierto.

Esta operación de desvío entre el Cristianismo, tiene la edad de la Iglesia misma. Los apóstoles que escriben las epístolas, sin excepción, nos dan razón de la “apostasía” que en sus mismo días ya había comenzado a manifestarse. Pablo menciona entre los apostatas de aquellos tiempos a Himeneo y Fileto, advirtiendo a los humanos fieles, “que se han descaminado de la verdad, diciendo que la resurrección es ya hecha, y trastornan la fe de algunos” (2 Ti. 2:18). Juan advierte a los santos sobre la actitud inflada de otro apóstata en sus tiempos diciendo: “Yo he escrito a la iglesia, mas Diótrefes, que ama tener el primado entre ellos, no nos recibe. Por esta causa, si yo viniere, recordaré las obras que hace parlando con palabras maliciosas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y prohíbe a los que quieren recibir, y los echa de la iglesia” (3 Juan 9-10).

“PERO ESTOS MALDICEN...Y SE CORROMPEN EN (SUS DESVIOS) COMO BESTIAS BRUTAS”

El apóstol Santiago por su parte se dirige a los falsos de aquellos días, y reprende la hipocresía de los tales diciéndoles: “Pero si tenéis envidia amarga y contención en vuestros corazones, no os gloriéis, ni seáis mentirosos contra la verdad; que esa sabiduría no es la que desciende de lo Alto, sino terrena, animal, diabólica”(Stg. 3:14-15). El apóstol Judas de igual manera reprende duramente a los apostatas de su tiempo diciendo: “Pero estos maldicen las cosas que no conocen; y las que naturalmente conocen, se corrompen en ellas, como bestias brutas” (Judas 10); y continúa en su mismo escrito hablando duramente en contra de las actuaciones desviadas de los tales.

El apóstol Pedro, refiriéndose también a los apostatas de sus tiempos, no solamente repite la misma terminología de Judas, “bestias brutas” (2 Pedro 2:12), mas agrega diciendo de éstos: “Porque mejor les hubiera sido no conocer el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, tornarse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro se volvió a su vómito y la puerca lavada a revolcarse en el cieno” (2 Pe. 2:21-22).

Es el apóstol Pedro quien de igual manera, basado en las experiencias ya habidas entre el pueblo de Dios (tanto en Israel como en la Iglesia ya para esos tiempos), previene a los fieles diciendo: “pero hubo también falsos profetas en el pueblo, como habrá entre vosotros falsos doctores, que introducirán encubiertamente herejías de perdición, y negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos perdición acelerada. Y muchos seguirán sus disoluciones, por los cuales el camino de la verdad será blasfemado” (2 Pe. 2:1-2).

El apóstol Pablo (al igual que el apóstol Pedro y los demás apóstoles), se nos dice que “enviando desde Mileto a Efeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia”, y entre las varias cosas que dijo, previno a los pastores reunidos diciéndoles: “Por tanto mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos (pastores), para apacentar la iglesia del Señor la cual ganó por su sangre. Porque y sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos repaces, que no perdonarán al ganado. Y de vosotros mismos se levantaran hombres que hablen cosas perversas, para llevar discípulos tras sí”(Hechos 20:17 y 28-30). Considero que lo citado es suficiente para comprobar el hecho de que la apostasía y las confusiones doctrinales entre el Cristianismo empezaron desde los principios de este mismo. No se trata por lo tanto de algo novedoso hoy, sino que es un cáncer espiritual que ha afectado siempre al pueblo de Dios, el cual es el cuerpo de Cristo el Señor.

SI LA APOSTASÍA EMPEZÓ ENTONCES, ¿QUÉ PODREMOS DECIR DESPUÉS DE DOS MIL AÑOS?

Si ya había apostatas en el tiempo en que vivieron los apóstoles, que fueron los vasos en quienes el Señor quiso conferir una potestad espiritual y doctrinal única (y digo esto porque los escritos de estos ministros del Señor Jesús, son aceptados por nosotros hasta hoy –dentro de Canon sagrado-como la misma voz de Dios). ¿qué podremos esperar ahora, después de casi dos mil años? Ahora, cuando “los tiempos de los Gentiles” (Lc. 21:24), de la Gracia, de la Iglesia, están llegando a su fin. Ahora, cuando la Segunda Venida del Señor está a las puertas, y cuando “el diablo ha descendido a vosotros, teniendo grande ira, sabiendo que tiene poco tiempo”(Ap. 12:12). Ciertamente que la confusión ha estado siempre entre el pueblo de Dios, pero cualquier Cristiano sensato puede entender que ahora es el tiempo en que este cáncer espiritual maligno tiene que hacer crisis.

Durante el curso de todos estos siglos pasados y hasta hoy, Satanás se ha esforzado en corromper el cuerpo de Cristo el Señor, como lo es el pueblo escogido de Dios en su totalidad. El diablo ha logrado ciertamente su objetivo en una gran parte, y ha creído por tanto que podrá lograrlo en su totalidad. Pero eso nunca ha sido, ni será posible jamás, porque el mismo Señor ha dicho: “Mis ovejas oyen mi voz, y Yo las conozco, y me siguen, Y Yo los doy vida eterna, y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de Mi mano. Mi Padre que me les dio, mayor que todos es, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre”(Juan 10:27-29). Además está profetizado desde la antigüedad que “los impíos obrarán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero entenderán los entendidos”(Dn. 12:10).

En el curso de todos los tiempos ha habido muchas ocasiones en que el diablo ha logrado hacer que los justos crean, y aún hasta que sientan, como que ya no tiene caso el pelear porque la batalla está perdida. Si logró hacer esto con Elías, el poderoso profeta de fuego, con mayor razón se ha esforzado en hacerlo con muchos justos de entre los “pequeñitos” del Señor. Y esto más particular en esto días que son el tiempo del fin. El razonamiento sutil del engañador sigue hasta hoy diciendo: “Los hijos de Israel (el pueblo de Dios) han dejado Tu alianza, han derribado Tus altares, y han muerto a cuchillo Tus profetas; y yo solo he quedado, y me buscan para quitarme la vida”. Mas la voz del Todopoderoso también sigue diciendo: “Yo haré que queden en Israel (entre el pueblo de Dios) siete mil; todas rodillas que no se encorvaren a Baal (a los demonios de error), y bocas todas que no lo besaren”(1 Rey. 19:10 y 18).

APRECIANDO EL SUPREMO PRIVILEGIO DE SER POSEEDORES DE LA DIVINA PALABRA DE DIOS

Por principio de cuentas debemos darle gracias a nuestro Dios por tener en nuestras mano Su Palabra, la Biblia. El Libro Santo que es la misma voz del Eterno para sus hijos, y por lo tanto la autoridad suprema en lo que respecta al conocimiento de Dios y de Su voluntad.

Sin ella viviríamos en un horripilante caos, y en una confusión espantosa y perpetua. Pues por la Santa Palabra de nuestro Dios sabemos quiénes somos, de dónde venimos, qué estamos haciendo aquí, y para dónde vamos. Aún más, por el Libro Divino sabemos quienes somos los hijos de Dios, y conocemos a nuestro Padre. Sabemos de esas maravillosas “cosas que ojo no vio, ni oreja oyó, ni han subido en corazón de hombre...que ha Dios preparado para aquellos que le aman”(1 Cor. 2:9). Por Él sabemos hoy de “las aflicciones..(de) Cristo, y las glorias después de ellas”(1 Pe. 1:11).

Cuando Pablo reprueba y condena a los Gálatas la aceptación de ese, “otro evangelio”, entendemos que se trata “del evangelio de Cristo” pero torcido. Se trata de una imitación falsa del evangelio original y genuino, pero que aparece como si fuere la verdad. Pedro apóstol confirma esta operación demoníaca cuando dice, refiriéndose a los escritos de Pablo (y por lo consiguiente a todas las Escrituras del Nuevo Testamento), que “entre la cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras (refiriéndose aquí a los Escritos Sagrados del Antiguo Testamento en el cual a su vez está invariablemente anclado el Nuevo), para perdición de sí mismos”(2 Pe. 3:16). Desde entonces y hasta hoy, esa es exactamente la operación del engaño, repetida durante el curso de los siglos en un ciclo malévolamente inexorable.

Las Escrituras Sagradas están esculpidas en las páginas del Libro Santo, declarando las verdades con respecto a Dios y su voluntad. Pero esas mismas Escrituras siendo torcidas, arregladas o interpretadas por los “espíritus de error”, pueden decir o significar no precisamente lo que Dios quiere, sino lo que “los inconstantes” desean que diga. Una de las pruebas más palpables para probar lo dicho la encontramos cuando vemos al atrevido Satanás, citando la Palabra de Dios para tentar al mismo Señor Jesús (Mt. 4:6). Para estas fechas sería completamente imposible el tratar de enumerar el cúmulo de Escrituras que han sido usadas torcidamente entre el profesante Cristianismo. De igual manera sería imposible señalar la multitud de doctrinas que, al ser examinadas detenidamente a la luz de la Palabra de Dios, con todo temor y reverencia ante el Señor, habrían de resultar falsas o desviadas de la verdad.

ALGUNAS DE LAS POPULARES DOCTINAS QUE SON HASTA HOY PARTE DEL “OTRO EVANGELIO”

En los púlpitos y en seminarios bíblicos, por la radio y la televisión, por las páginas de esta revista y demás publicaciones, por grabaciones tanto fonéticas como visuales, y por todos los medios posibles, el Señor me ha impulsado y por muchos años para que anuncie verdades doctrinales y proféticas basadas en Su Palabra. Estas verdades bíblicas a su vez reprueban inevitablemente muchas de las enseñanzas erróneas de ese “otro evangelio, las cuales son realmente extrañas al verdadero evangelio de nuestro Señor Jesucristo”. Muchas de estas doctrinas “extrañas” fueron formuladas hace ya muchos siglos, pero son hasta hoy creídas por una gran mayoría entre el profesante Cristianismo que las acepta incondicionalmente como si fueran la misma Palabra de Dios. Otras de estas enseñanzas falsas son relativamente nuevas, pues han tenido sus orígenes y han sido promulgadas en la última parte del presente milenio.

A continuación menciono algunas de estas doctrinas y enseñanzas “extrañas” al Evangelio verdadero. Cito solamente por sus nombres aquellas que hasta hoy son más populares y con una explicación breve de identificación , aquellas que son menos conocidas, pues nos es completamente imposible el poder explicar aquí en una manera amplia y especifica cada una de ellas. A todos nuestros lectores interesados en conocer más a fondo lo que la Palabra de Dios realmente dice con respecto a estas doctrinas y enseñanzas “cristianas” erróneas, les invito a que se comuniquen con nosotros y con mucho gusto le daremos la información correspondiente. Estamos para servirles, en el Nombre del Señor Jesús.

*La Trinidad

*El Bautismo (en los Tres “Nombres”, por Aspersión y a los Inocentes).

*La Misa y La Transubstanciación

*La Adoración de los “Santos”

*El ministerio Sacerdotal

*El Celibato y El Ascetismo

*Que Dios ya Desechó al Pueblo Judío

*Que la Iglesia es ISRAEL

*Que la Iglesia Consiste en Cierta Organización

*El Gobierno de Autoridad de Hombre en la Iglesia

*Que el Hablar en Lenguas es el “Nacer del Espíritu”

*Que Dios es Solamente Amor

*Que el Cristiano no debe sufrir aquí

*Que una vez Salvo, Siempre Salvo

*Que la Jerusalem Celestial es de Oro Literal

*Que el Reloj Profético de Dios está Parado

* Que aun no Aparece la Apostasía en la Iglesia

* Poniendo la Tribulación del Pueblo del Señor

en el Lugar de la Ira de Dios

* El Rapto Misterioso y la “Resurrección” de los Espíritus

*Un Anticristo Futuro en una Semana de Siete Años literales

*Que el Anticristo es la Bestia

*Que la Marca 666 es Literal

*Que los Testigos Son Dos Individuos

*La Idea Común de: “Irse al Cielo”

Que las Moradas Eternas son Casas Literales

Y otras muchas enseñanzas erróneas más....

ESCRITURAS QUE DECLARAN EL ERROR DE CADA DE LAS ENSEÑANZAS FALSAS CITADAS

Explico nuevamente que la lista de enseñanzas falsas citadas es parcial; pues he enumerado solamente las que pudiéremos llamar las más populares, porque conectadas con éstas, hay un cúmulo interminable de interpretaciones doctrinales y proféticas, algunas de las cuales rayan en lo absurdo y lo ridículo. Mas con respecto a lo ya citado, creo que nunca haríamos justicia a nuestros lectores sinceros quienes, leyendo con un corazón abierto, al mirar lo que es erróneo quieren conocer lo que es la verdad. Siendo imposible aquí tratar extensamente sobre cada uno de los temas aludidos cito en breve, para beneficio de nuestros lectores interesados, algunas de las escrituras que reprueban cada error.

(Léase esta lista conforme el orden de la primera. Ahora, si alguien deseare obtener mayor información, puede escribir o llamar a las oficinas de Publicaciones MARANATHA, y en el amor del Señor Jesucristo se les atenderá).

  • Dios es UNO (Dt. 6:4).
  • El Bautismo es el Nombre de Jesucristo (He. 2:38).
  • Por inmersión (Ro. 6:4).
  • A quienes pueden creer (Mr. 16:16).
  • En la Santa Cena el Señor no puede ser ofrecido otra vez (He. 6:6 y 10:14).
  • Sólo a Dios se debe adorar (Ex. 20:4).
  • Cristo es hoy nuestro sacerdote (He. 10:11 y12).
  • El ministro debe ser casado (1 Ti. 3:2- el ascetismo prohibido-Jn. 17:15 y 1 Ti. 4:1-3).
  • Dios no ha desechado a Israel (Ro. 11-1-2).
  • La Iglesia somos ahora parte de Israel (Ef. 2:11-19).
  • La Iglesia es solamente UNA y es “UN Cuerpo” (1 Co. 10:16-17 ) la potestad humana está prohibida entre el ministerio de la Iglesia (Mt. 20:25-28 y 1 Pe. 5:1-3).
  • “Nacer del Espíritu” es el cambio en el pecador, cuando “ ha nacido de Dios” (1 Jn. 3:9).
  • Dios es amor, mas también es “terrible”, y es “Fuego Consumidor” (Job 37:22 y He. 12:29).
  • El cristiano fiel está llamado aquí para padecer (Fil. 1:29).
  • La salvación es posible perderla aquí (Mt. 24:13).
  • La Jerusalem celestial, que es la Iglesia (Ap. 21:9-10), está edificada no con oro “ corruptible”, sino con “piedras vivas” (1 Pe. 1:18 y 2:5).
  • Lo dicho por el Señor siempre se ha estado cumpliendo y nunca se ha detenido (Mt. 24:35).
  • La Apostasía apareció ya desde el principio de la Iglesia (1 Ti. 4:1-3).
  • La tribulación del pueblo de Dios es para bien y siempre ha estado; la del mundo impío es otra cosa, y es la ira de Dios que está por caer (2 Tes. 1:6-9).
  • La esperanza de la Iglesia es la Segunda Venida del Señor en gloria (1 Ts. 4:16 y Tito 2:13).
  • La resurrección será en los cuerpos humanos muertos. Los espíritus no mueren (Lc. 24:39).
  • El anticristo, que es el espíritu del “dios de este siglo” (2 Co. 4:4), ha estado en el mundo desde que empezó el ministerio de Cristo (1Jn. 4:3).
  • La última mitad de la septuagésima (70) semana de Daniel no es literal. Es el tiempo de la gracia, de los Gentiles, que se cierra con la redención de Israel (Ro. 11:25-27).
  • El anticristo es el diablo. La bestia actual es la 4ta de la visión de Daniel: el 4to reino es la presente civilización (Dn. 7:17).
  • La marca del número 666 es simbólico. Tipifica juicio y condenación: “El que no ama a su hermano, está en muerte” (1 Jn. 3:14).
  • Los Dos Testigos son el Israel fiel y la Iglesia fiel, y han testificado durante todo el tiempo de los Gentiles (Ap. 11:2-3).
  • La gloria (el cielo) de los hijos de Dios no es un lugar. Es el mismo Señor. Y Él viene a nosotros (2 Ts. 1:9).
  • Las moradas eternas son los cuerpos de gloria que Dios nos ha prometido (2 Co. 5:1).

UN BREVE COMENTARIO FINAL

El ministerio que mi Dios y Señor Jesucristo le ha placido encomendarme, y en el cual para estas fechas he servido ya por una vida, hace ya mucho tiempo entendí que ha salido altamente controversial. Las verdades del Libro Santo que el Señor me ha inspirado para que entienda y anuncie, como la forma en que he sido movido para que las hable, han causado siempre por una parte un impacto positivo, y por la otra parte ha provocado una conmoción negativa.

Para este tiempo de mi vida, en una escala mundial, la operación de este ministerio ha polarizado la multitudes de aquellos a quienes he ministrado, ahora tanto por el mensaje hablado como por el mensaje escrito. En un lado están los Cristianos que aprecian y agradecen lo que han recibido del señor por mi conducto, los cuales me aman intensamente. La otra parte, los que han sido conmovidos en forma negativa, no solamente han rechazado los mensajes diciendo que este ministerio no es de Dios, sino que también han despreciado al vaso. Entre ellos (sabe mi Señor que esto lo digo con dolor), están muchos a los que esta ministración los ha provocado aun a que me aborrezcan y me maldigan. Entre estos (al igual que por la otra parte), están quienes nunca han visto mi rostro.

Confieso (y mi Dios sabe que digo verdad) que este ministerio me ha sido humanamente pesado y doloroso. Y digo así porque mi Señor sabe que en toda mi vida mi mayor deseo ha sido siempre, el hacer mi parte para hacer felices a los demás. Y el ver la reacción contraria y negativa ha sido hasta hoy lo pesado, y la causa de este dolor. Movido por esto, sigo preguntado hasta ese día a los que así me hacen sentir: “¿Heme pues hecho vuestro enemigo, diciéndoos la verdad?” (Gá.. 4:16). Y agrego: ¿Hubiera sido justo el desobedecer a lo que estoy seguro que mi Señor Jesucristo me ha encomendado, para fin de hacer felices a mis enemigos gratuitos?

¡Nunca! En cambio he dicho y seguiré repitiendo hasta el fin de mi carrera junto con mi hermano, el profeta Miqueas: “Vive el Señor, que lo que el Señor me hablare, eso diré” (1 Rey. 22:14).

La realidad hoy es que para este tiempo he cumplido con la mayor parte de lo que mi Dios me ha encomendado. Hoy mi mayor gozo, y mi profunda gratitud ante el Señor, es que Él me halla concedido el poder ver el fruto de la labor de una vida. Mi recompensa y mi felicidad es el considerar hoy las multitudes de los santos, a través de barreras, fronteras y continentes, que han sido y que siguen siendo beneficiados por medio de este ministerio. MARANATHA ha sido un vehículo para proclamar verdades eternas. Bendiga el Señor a todos los que aman la verdad.

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